Hay
circunstancias que nos confunden y nos hacen parecer débiles o llenos de
poder, según nos vá, pero Dios no es Dios de circunstancias, sino Dios
de poder, y Él siempre está presente en nuestras vidas. Esto significa
que podemos afrontar el día de hoy en nuestras fuerzas o debilidades,
pero también podemos escoger vivir cerca de Dios, donde Él siempre es
fuerte en nosotros.