Reflexionar en aquello que te interesa o querer conocer a quien amas te lleva a resaltar sus cualidades y a disfrutarlas. Hoy puedo pensar en el amor inagotable de Dios y disfrutarlo. Puedo meditar en sus mandatos y obedecerlos. Considero a Jesús y le sigo. Leo sus promesas se fortalece mi confianza y fe. Veo sus obras y me siento dichosa de saber que el Creador del universo está por mí.