"Ganad amigos por medio de las riquezas injustas"

Los discípulos de Cristo son esencialmente mayordomos, a quienes se les ha confiado el cuidado de sus pertenencias e intereses sobre la tierra. La parábola enseña entonces, que el no regenerado es más sabio y precavido en sus preparativos para su futuro en la tierra, que el creyente lo es en su preparación para el cielo. La única manera en que podemos depositar nuestros tesoros en el cielo, es invirtiendo en algo que vaya a ir al cielo. (William MacDonald del libro "El verdadero discipulado")

¿Qué mejor forma de invertir en el cielo que apoyando económicamente la obra de Dios en la tierra?

¡A por hoy invirtiendo en el cielo!