Es bueno que te examines para saber si estás andando por el camino correcto. Es muy fácil desviarse a derecha o izquierda sin darse cuenta. Los golpes de la vida también te frenan y ya no andas tan rápido. Por eso el Señor te invita a que medites en tus caminos para ver si son sus caminos. La meditación necesita tiempo, invierte en ello y ganarás tiempo para la eternidad.