La mayordomia en la vida del creyente

En el tipo de sociedad que nos toca vivir, casi todas las personas viven para si mismas o tratan por todos los medios de incrementar el mayor número posible de posesiones o éxitos personales. “Esta es mi casa”, “este es mi coche”, “estos son mis negocios”, etc. La virtud de tales expresiones demuestran la ansiedad por poseer cosas de esta generación; ser dueños de muchas cosas, pasarlo lo mejor posible y que no falte nada.

En la vida cristiana, hemos pasado a ser administradores de los bienes de otra persona, así que en el Reino de Jesucristo, nosotros no somos dueños de nada, pero se nos ha dejado aquí en la tierra para que cuidemos de los intereses de otro, Jesucristo.