El divino arquitecto

La Iglesia fue diseñada para levantarse desafiante y marcar una diferencia en la forma de hacer y de ser. La Iglesia es más que un edificio, es un cuerpo valiente de creyentes comprometidos con el plan divino, con sus valores, con su Palabra.

El diseño estaba en el corazón de Dios y lo transmitió a los suyos fielmente. Su Palabra es clara al respecto. El dejó claro todas las prácticas, las ordenanzas, los entresijos de las convivencias humanas, los roles del hombre y la mujer, sus funciones, las bases para la unidad y el crecimiento, hasta llegar a la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

Leyendo al autor se detecta cierta preocupación sobre la realidad eclesial que nos envuelve. Puede más la voluntad de cada uno, que la voluntad de Dios. Actualmente la confusión de la pràctica religiosa es tan grande, que es necesario volverse de corazón a su Palabra, y hacer las cosas como Dios nos las dejó escritas en su Palabra literalmente.