Vicente Galán analiza la importancia de un desarrollo equilibrado en el crecimiento de una iglesia, hasta que todos lleguen a la unidad de la fe. Está convencido de que esto pasa por una profunda consideración a la autoridad espiritual. Reflexionar sobre la autoridad en una época en la que el paradigma postmoderno ha dejado paso a la incertidumbre y el caos, es realmente atrevido y necesario.
El autor se compromete una vez más con la verdad del Evangelio, dando paso a unas anotaciones serias y profundas sobre el respeto a la autoridad, como factor necesario para el crecimiento de cualquier comunidad que desee frescor, luz y fuerza en los tiempos tan difíciles que corren para vivir la fe.
La autoridad está en crisis en todos los ámbitos de nuestra sociedad, y no podemos mirar al horizonte con esperanza y defender la verdadera identidad desde el relativismo y la confusión.