¿Has pensado en tu salvación? -¿Mi qué? dirá el lector-. Simplemente eso: tu salvación. La vida eterna que Dios nos ofrece a todos por medio de su Hijo Jesucristo. ¿Te has preocupado de lo que implica y significa?
En esta sociedad de prisas y carreras queda poco tiempo para pensar en Dios. A veces ni tan siquiera para pensar en nada que tenga transcendencia. Quizás sea por eso que haya tanta falta de verdaderos pensadores y auténticos filósofos, verdaderos poetas que canten al amor, la paz, la felicidad y las maravillas de la creación.
¿A dónde vamos con tanta prisa? Lector, apaga la televisión y la radio. Siéntate unos minutos y lee este libro con calma. Algún día me lo agradecerás.