Se puede resumir en dos conceptos fundamentales: Honrar a Dios y procurar el bien del prójimo. Con estas premisas lograríamos un desarrollo moral y espiritual importante, y veríamos cambios en nuestras familias y sociedades. Especificando un poco más, decir que nuestro compromiso espiritual es:
- Proclamar el amor de Dios y la salvación por la sola fe en Cristo Jesús.
- Potenciar a los miembros de la asamblea para que sean útiles en la sociedad a la que pertenecen.
- Autofinanciar proyectos de arraigo social y espiritual con todo lo que comporta.
- Sostener misioneros y obreros en nuestro país y fuera de el.